La difícil situación fiscal que atraviesa Puerto Rico afecta inevitablemente a la Universidad porque incide en su solvencia y, por ende, en todo su quehacer. No obstante, el proceso de planificación estratégica llevado a cabo partió de la premisa de que la Universidad, como principal centro docente, tiene la capacidad de afrontar el reto fiscal a la vez de preservar la calidad de sus programas e incursionar en nuevas modalidades académicas que permitan su crecimiento. La tríada de la solvencia, la calidad y la innovación resume el reto, probablemente uno de los mayores enfrentados por la institución. Así pues, el plan atiende asuntos estratégicos obligados para toda institución de educación superior (innovación académica, investigación competitiva, éxito estudiantil, situación fiscal) y otros que representan oportunidades de crecimiento, vínculo con la comunidad y proyección global (aplicación de la tecnología, educación a distancia, responsabilidad social e internacionalización).
El plan es suficientemente específico para ser efectivo, a la vez que amplio para poder servir de marco para los planes estratégicos de las unidades, en los que se verá la riqueza de actividades y estrategias y el peritaje de sus recursos humanos. En armonía, justa prioridad de metas y compromiso de todos, el conjunto de planes estratégicos viabilizará la pertinencia y sobrevivencia de la Universidad.